miércoles, mayo 26, 2010

a
Soplo

 
Estamos agrietados de memoria.
Se nos cuelan las hojas de un invierno
que sólo ha sucedido en la nostalgia.
Francisco José Martínez Morán

14 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Es difícil labrarse un pasado digno, sí. Y la peor nostalgia es la de aquello que no llegamos a hacer (ni a ser).
Un beso.

Amparo dijo...

¡Eso mismo!, pasado y nada más que pasado, cada vez arrastrando un carro más grande del que se cae a veces parte de la carga; y no hacemos más que mirar cómo se zarandea, oír cómo chirrían las ruedas y lamentarnos del mal estado del pavimento.
Soy partidaria del invierno que sólo sucede en la memoria!

La foto es genial: unas piernas detenidas en un (estático) movimiento de eterno desequilibrio.

Abrazo

André Domingues dijo...

Todos los inviernos de la nostalgia, me encantó este poema Francisco. Un abrazo fuerte!

André Domingues

Estrella dijo...

Qué modo de tocar el suelo,
tacones sin tacones.

Ligero, ligero, siempre ligero.

Estrella, hoy dijo...

¿Y por qué "Soplo"?

¿Se va a caer?

s dijo...

Nunca he comentado en tu blog, aunque lo leo desde hace tiempo. Sólo quería decirte que poemas como este me parecen magníficos (aparte de tus fotos)

Saludos

Vía Morouzos dijo...

Te escribo para felicitarte por los versos, por la foto y... ¡¡Por la llegada de un año más!! ¡¡ MUCHAS, MUCHAS FELICIDADES!! UN BESOOOOOOOOOOOOOO!!!! MMMMMUUUUUAAAAA!!!!!

Amparo dijo...

¿¿Es tu cumpleaños?? Es verdad, era en mayo.
¡¡Felicidades!!:

http://antwrp.gsfc.nasa.gov/apod/image/0601/cartwheel_5panel.jpg

La rueda del carro de la fortuna.

Amparo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Beíta dijo...

Mmmm
¡una foto chula!

Anónimo dijo...

Acaso por propugnarnos en diámetros opuestos que cabalgaron al servicio de un mismo dios. Donde hemos caídos deslumbrados en las antípodas del rey. Para rasguñar desnudos y sin memoria, palabras que inconscientes de métodos nos miran frías desde el opaco cielo. Donde sabemos aún no nos cae la verdad, más que el soplo chocante en rostros intimados de nostalgia, como tibio hálito que corre frío en el aliento del viento que nos aleja… llevándose lo sucedido. Dejándonos como lacayos de las vidrieras.
designiio

Anónimo dijo...

Acaso por propugnarnos en diámetros opuestos, pero que cabalgaron al servicio de un mismo dios. Se nos fue obnubilando la memoria para entregarnos a la condescendiente paciencia y a su locura sin merced… pero patrocinadas por la misma subvención. Donde hemos caídos deslumbrados en las antípodas del rey, a su elección. Para rasguñar desnudos y sin remembranza, el mismo producto que en la historia nos va moldeando a la eterna espera de esas palabras licenciosas, que miran frías e impotentes desde el opaco cielo, el no poder chorrear nuestras embocaduras vírgenes de realidad. Visura ingrata de otro invierno en las esquinas, por donde aún no nos cae la existencia y solo un soplo chocante nos golpea el rostro intimado y visitado nuevamente por las hojas que revolotean agrietadas de nostalgia, en un tibio hálito que corre flemático en el viento que nos aleja… llevándose lo sucedido. Dejándonos como lacayos en las vidrieras.

saluditos... Designi...

samsa777 dijo...

¡Muchísimas gracias a todos! Bienvenidos los nuevos visitantes; gracias infinitas a los que llevan aquí ya tanto tiempo.

Julio Castelló dijo...

Menos es más. Un abrazo.