viernes, abril 25, 2008

Artesanía del relato (I)

La lógica me dice que la narración se basa en el conocimiento; la intuición, que para contar una historia hay que ignorarlo todo.

Ayer

Muchísimas gracias a todos por venir.

Lorena, Ángel, Susana, Christian, Marta, Rebeca, Tida, Isabel, Julio, Fernando, Ana María, Lucía, Santi, Loli, Raúl: sois estupendos.

jueves, abril 17, 2008

Lectura


Queridos amigos:

El próximo jueves 24 de abril leeré algunos de mis poemas en el Café el Despertar (c/Torrecilla del Leal, 18; Metro Tirso de Molina). Estáis todos invitados: será un placer volver a veros.

Besos y abrazos,

Francisco José Martínez Morán

lunes, abril 14, 2008

Juego de analogías

Una vez más, y creo que son miles,
me detengo a observar
el arco que la punta de su pie
describe sobre el suelo cuando baila.
Me recuerda al momento del orgasmo:
sus dedos y su empeine no parecen
volcados en el aire, sino abiertos
al peso inmaterial de una tarima.

El cuerpo amado es siempre tan concreto
y tan volátil como los espacios

de luz que delimita al desnudarse.


Francisco José Martínez Morán

miércoles, abril 09, 2008

Ha llegado el momento de tapiar


Ha llegado el momento de tapiar
las últimas ventanas de la casa,
esas que dominaban el enigma
del laberinto y las praderas lentas
en las que ahora crecen, sin concierto,
la maleza, el rastrojo encanecido
y la luz de Poniente.

Ayer cegué el balcón
por el que te asomabas al estanque,
no mucho más vestida que en un sueño.

Siempre me ha derrotado

saber que formo parte de las ruinas.


Francisco José Martínez Morán

viernes, abril 04, 2008

Sobre Licinio Craso


Yo no creo que a Craso lo matara
un trago de oro líquido. Es más lógico
suponer que algún parto consiguió
derribarlo a espadazos del caballo,
que nadie ornó las cuencas de sus ojos
con el metal sobrante, y que el trofeo
de Orodes se exhibió con la crudeza
que exigía el honor ganado en Carras.

Y sin embargo, el mito es tan hermoso
como inhumano y cruel: la lenta lengua
abriéndose camino por su boca,
el sabor aterrado en las papilas.

La belleza culpable de lo infame.


Francisco José Martínez Morán