Se llama decepción.
Tiene un nombre sencillo y apariencia
mudable y residencia ubicua. Puede
aparecer tras rosas y ventanas,
manifestarse en nieve en el desierto
y en ardor en mitad del hielo azul.
Es hiedra que recorre cada muro
por la vertiente interna del amigo;
sal que cierra con ascuas las heridas,
lluvia de piedras sobre el terciopelo
de la buena intención hecha migajas.
Tu barco va a encallar en sus sargazos,
el viento ya no sopla y estás quieto,
a medio hundir, sin velas ni sextante.
Francisco José Martínez Morán
17 comentarios:
Me encanta...
Aún escucho su nombre entre las sábanas... Decepción... Es el mordisco frío de un cuchillo en el eco perdido de mi pecho... Decepción...
Me encantan las palabras y la foto... Me encantan...
Un abrazo!! ;-)
Es cosa de un minuto, la decepción.
Vuelve muchas veces a cara descubierta, promete que no es la misma. El estómago conoce su astringencia.
Muy bonita, las palabras justas. Siempre hay algún barco que pasa!
Sin exagerar, se acaba de convertir en mi poema favorito...
Sí señor.
¡Qué grande!
:)
Muaks!
Muchísimas gracias, Francisco, por tu visita y tu comentario!
Creo que la decepción es lo que se podría llamar de una ausencia asídua.
Un abrazo desde Portugal!
André Domingues
Me gustan tus poemas.
Decepción no verte,
un placer,leerte.
Un abrazo
Me ha encantado.
Tú decepcionado, yo esperanzado...
Tú escribiendo poemas largos, yo poemas cortos...
¡Vamos a tener que tomarnos unas cervezas!
Un abrazo
Decepción: sal que escuece en heridas.
Buena descripción para algo tan indescriptible.
un abrazo!
Elena
Con una apariencia catastrófica,siempre una esperanza.
Besitos
Es cierto: se llama decepción.
Pocas asuntos hay tan definitivos como nombrar las cosas. Es un poco como quemar las naves, no hay vuelta atrás ni eufemismos que valgan.
Me gusta mucho, Francisco.
Un beso.
Ooooooh. Muy bueno!!! Bueno, como viene siendo habitual ya. Tu saber hacer, ya sabemos jejeje. Molaba una colaboración con el Dr. Amor... Saludos!!!
Chapeau! Como siempre... No hay más que sentarse a la puerta de casa para ver pasar el cadáver de un entusiasmo, de una confianza, de una lealtad...
Impresionante y demoledora definición.¡Y es largo! Y qué decir de la foto...Sin palabras...
Interesante poética, degustable, por cierto.
Saludos...
La silla, se me olvidó, tiene lo suyo, que conste. Después de la casa, la cama, luego la silla, desmembrándose.
Muchísimas gracias: a los de siempre, por vuestra fidelidad; a los nuevos amigos, por mandarme ánimos. A todos, en fin, por las palabras tan hermosas que me dedicáis.
Un abrazo,
Francisco
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