Internet ha resultado ser, muy por debajo de las expectativas moderadas (y ya no digamos de las optimistas), un auténtico desastre para la cultura. Los pesimistas ya preveíamos riesgo de medievalización del pensamiento... pero ojalá hubiéramos descendido solo a ese nivel de fragmentación y de ausencia de ansia de avance. El marasmo es pegajosísimo, se adhiere a cada fibra: la red te obliga al barro, al reciclaje constante de la basura inane; hemos destrozado la memoria y su reelaboración enriquecedora; hemos iniciado el camino último del desastre. Entre todos no estamos creando ninguna inteligencia colectiva, sino bandos y prejuicios monolíticos y chillones, desconocimiento del otro y frío glaciar en la empatía. Esperpento de esperpento: el espejo nos refleja deformados y queremos ser esa deformidad, aspiramos a nuestra propia caricatura. Fotito de perfil, emoji, risa de lata y tinta amarillenta.
9 comentarios:
Sí, existe.
¿Dónde?
Curiosas las últimas entradas. Pensaré en lo de la cultura, los unos y los doses.
Feliz 2019, mientras tanto.
Existe como existe todo. Está ahí, tiene su universalidad. Nos guste o no.
a MÍ 3st0s d3bAt3s (dIgItAL3s) m3 dAn iGuAL: s0L0 t3 DiG0 qU3 LaS ÚLtiMas 3nTrAdAs S0n BarAtA iMitAcióN d3 LaS MÍ1S.
¡GrAnd3!
pues yo no entiendo nada, pero la ilustración me gusta much
Bah, di que no.
O que sí.
Gracias, amigos (conocidos y anónimos).
Internet ha resultado ser, muy por debajo de las expectativas moderadas (y ya no digamos de las optimistas), un auténtico desastre para la cultura. Los pesimistas ya preveíamos riesgo de medievalización del pensamiento... pero ojalá hubiéramos descendido solo a ese nivel de fragmentación y de ausencia de ansia de avance. El marasmo es pegajosísimo, se adhiere a cada fibra: la red te obliga al barro, al reciclaje constante de la basura inane; hemos destrozado la memoria y su reelaboración enriquecedora; hemos iniciado el camino último del desastre. Entre todos no estamos creando ninguna inteligencia colectiva, sino bandos y prejuicios monolíticos y chillones, desconocimiento del otro y frío glaciar en la empatía. Esperpento de esperpento: el espejo nos refleja deformados y queremos ser esa deformidad, aspiramos a nuestra propia caricatura. Fotito de perfil, emoji, risa de lata y tinta amarillenta.
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