viernes, abril 04, 2008

Sobre Licinio Craso


Yo no creo que a Craso lo matara
un trago de oro líquido. Es más lógico
suponer que algún parto consiguió
derribarlo a espadazos del caballo,
que nadie ornó las cuencas de sus ojos
con el metal sobrante, y que el trofeo
de Orodes se exhibió con la crudeza
que exigía el honor ganado en Carras.

Y sin embargo, el mito es tan hermoso
como inhumano y cruel: la lenta lengua
abriéndose camino por su boca,
el sabor aterrado en las papilas.

La belleza culpable de lo infame.


Francisco José Martínez Morán

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Pasa el tiempo. Corre la historia... Sigue la belleza; dicho sea “seguir” en el doble sentido de “mantener” y “proseguir”. Mi “opinión” no es “ciencia”, desde luego, pero el poema es… espléndido.
¡Y esa “…belleza culpable de lo infame”, un broche digno que además es bello!
Enhorabuena.

camaradeniebla dijo...

Don Francisco, cada día me gusta más.Incluso que mi buen Catulo :-).
Felicidades.
por cierto:
http://pages.google.com/edit/soyuncalvofeliz/home?authtoken=146eb09e507874c206b4988d61bff6356fb27e39

Juan Manuel Macías dijo...

Enhorabuena, Francisco. Es magnífico.

Ana M. dijo...

Ironías de la vida... La belleza o lo que pretendemos hacer bello suele ser la culpable de la gran mayoría de las crueldades de nuestra existencia.

Entonces... ¿realmente merece la pena esa belleza?

Y... ¿por qué son bellos los mitos? ¿Hay mito sin sufrimiento?

Precioso Fran!
Besitos

Anónimo dijo...

Magnífico.
El último verso es un buen portazo.
Jo, está genial.



Abrazo

Gaby dijo...

“la belleza culpable de lo infame” me gusto!!!!!

besitos!

Julio Castelló dijo...

Bella y terrible lengua que se abre paso hacia el final. Creciendo, creciendo...

Tus versos tienen algo que ver con un poemario que acabo de terminar y que te recomiendo vivamente, aunque seguramente conozcas: La vida en llamas, de Luis Alberto de Cuenca.

soperos dijo...

ayer jugué con mis sobrinos a dar pelotazos al sol. ¡estas batallas quiero librar!. más o menos es lo mismo. besos,

òscar.

tournesols dijo...

aaaay *

maría nefeli dijo...

Es muy hermoso, de una construcción perfecta...
recuerda que tienes pendiente una adaptación catalano-castellana...:)
un beso

rubén dijo...

Peor aún: tal vez murió de viejo.

Anónimo dijo...

http://problemasdesintaxis.blogspot.com/

samsa777 dijo...

Antonio: gracias siempre por tus palabras. Me gusta que el último verso te agrade... ¡A fe que me costó encontrarlo! Un abrazo.

Gracias, Ana: los enlaces son fantásticos... ¡Viva la alopecia! Besotes.

Juan Manuel: que sepas que te sigo, a pesar de que no pueda comentarte. Muchas gracias. Un abrazo.

Nawja: qué explicacíón más hermosa: lógica, sencilla y sincera. Muchas gracias, de verdad. Muak!

Amparo: me sonrojas. También hay belleza, pues, en el estruendo de un portazo. ¡Besos!

Gaby: ¡Gracias por venir y dejar tus lindas palabras! Besos.

Juliocas: ¡Me cazaste! Ese es uno de mis poemarios recientes preferidos. jajajaja Espero haberlo reinterpretado con acierto... Le preguntaremos a LAC ;) Un beso y suerte con la lectura del miércoles.

soperos: esas batallas, sólo esas. Un beso y gracias por la sopa.

Tournesols: ¡siento provocar grima! ahajjajajjajajajjaajaj :) Un besazo!!!

M. Nefeli: ya tienes la traducción. Espero haber acertado. Gracias por tus palabras. Un besazo.

Rubén: se podría plantear esa posibilidad, como yo hice con Catulo años atrás. Es sugerente... una ucronía que tal vez habría cambiado la historia de Roma. Un abrazo, mil gracias.

Gracias a todos.

Anónimo dijo...

Impresionante...Viva.